Recuerdo que, recién superada la decena de años, en el telediario sonaba un estribillo persistente que nunca llegaba a entender: La Guerra de Irán-Irak… Ocho años duró la puñetera, 1980-1988.

También me acuerdo de la gran incertidumbre que esto me causaba, ya que no sabía identificar el bando de los buenos ni el de los malos. En las pelis de John Wayne, tanto en las de vaqueros como en las bélicas, las fuerzas del bien aparecían siempre tan definidas, pero con este conflicto armado me parecía estar delante de una de esas cosas que sólo se podrían entender cuando se fuese mayor.

La guerra acabó. Yo me hice mayor a latigazos de hormona, como todo hijo de vecino. Mis intereses eran otros diferentes a saber qué pasaba en Oriente Medio. Así que esta incógnita siguió alojada plácidamente en mi cerebro hasta el día en que leí Persépolis, de la iraní Marjane Satrapi.

Diseccionando un poco el argumento.

Persépolis es una historia gráfica de las magistrales. Una mezcla de sensaciones contradictorias. Una obra hecha con ganas de contarlo todo. En definitiva, una maravilla.

Está desarrollada en clave autobiográfica. Marjane Satrapi tiene mi misma edad, así que se me han puesto los vellos de punta al pensar que, mientras yo veía la serie de Naranjito, ella sufría los estruendos de las bombas iraquíes.

El libro está dividido en cuatro capítulos. El primero empieza en 1980. La protagonista tiene diez años. El Sha de Persia gobierna el país. Aires de revolución soplan en Irán. Movimientos de izquierda protestan en las calles exigiendo la soberanía para el pueblo. Revueltas, manifestaciones, matanzas callejeras, más protestas, más represión, etc. Este es el panorama que respira Marjane. Ella tiene largas conversaciones, intentando dar sentido a tanta fricción, con un Dios y con un Karl Marx imaginarios. Ambos con largas barbas blancas. Luego, tras claudicar el Sha, aprovechando la confusión del cambio, llega la Revolución Islámica, que aplasta al país con el fanatismo religioso. ¿Os suena eso del velo o el burka? Pues fue a partir de 1980 obligatorio en Irán. Ese mismo año empieza la guerra con el país vecino, Irak. Diez añitos tenía Marjane. Capítulo segundo.

Persépolis, crecer entre espinos.

Lo bueno de Persépolis es que está contado a través de los ojos de una niña. Todo está tamizado por la lógica infantil, usando ingenuos mecanismos para dar sentido a tanto sin pie ni cabeza. Los acontecimientos que se precipitan en los diez años que dura la guerra están fielmente retratados en esta obra maestra. Eso sí, desde una óptica completamente parcial, la de los civiles que sufren. Me parece justo. Pero no piensen que todo es un mar de lágrimas, no. Persépolis es la vida de una niña que, a pesar de sus condiciones vitales, quiere jugar, reír, disfrutar con la vida. De una adolescente fuera de lugar, eterna prófuga de su condición de adolescente, que sueña con el amor, que quiere saber cómo hacerse un lugar en la sociedad. Y finalmente es la historia de un proyecto de mujer. Que a veces acierta y otras se equivoca, como cualquiera.

Estilo, burka y dibujos animados.

El dibujo de Marjane Satrapi es simple, pero con una fortaleza y una poesía fuera de lo común. Está ejecutado con rotundos blancos y negros. Este alto contraste se amolda al guión que da gusto verlo. Las grandes masas duotonales están domadas por una línea libre que plasma a la perfección el mundo infantil de los recuerdos de su autora. Un estilo muy versátil, acertado, bello.

Persépolis es una de esas obras que ponen rostro a los estereotipos preconcebidos que nos hacemos de otras culturas. Así que, si quieren seguir pensando que detrás de un burka no existe una cara, no se lean este cómic, ya que, por empatía pura, parecerá que usted mismo es quien lo lleva puesto.

Para concluir les diré que debido al éxito mundial de este álbum, su autora, junto a Vincent Paronnaud, adaptó en 2007 la obra al Cine con un largometraje de animación homónimo que obtuvo el reconocimiento de la crítica desde el primer instante, además de cosechar varios premios internacionales importantes. Aquí les dejo el tráiler de la peli para que echen un vistazo y observen cómo está trabajada. Pero por favor no se encandilen con la comodidad que brinda el Cine y lean este pedazo de cómic. En España está editado por Norma. Para comprarlo, aquí por ejemplo, que el dueño es mi coleguita. 🙂

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